Anti-manifiesto.



Todo manifiesto es un camino.
Ya lo sabemos.
Lo escribimos para estar seguros,
lo gritamos para diferenciarnos.
En un extraño deseo de originalidad, nos uniformamos
con postulados generacionales.
Rechazando la tradición
huyendo de ella.
Como si heredar nos insultara
Como si la historia que nos sostiene
Fuese una vergüenza.
Con una fe absoluta
en el mañana
Anhelamos romper al mundo
Sin que el mundo nos ensucie
Rechazamos, aprehendemos
conspiramos y nos mofamos.
Con un panfleto que nos proclame distintos
Antes incluso de reconocernos
en el sucio espejo de los errores.

Es un asunto de tiempos, de modas y promesas
pasajeras e idénticas
que se amontonan en las revistas
que nadie lee, que todos olvidan.
Es el anacronismo contagioso de las vanguardias.
El temible fantasma de los románticos.
Consumido y preservado en
Su carcomida vigencia adolescente.

Pero es difícil que nuestro manifiesto sobreviva
en un mundo sin memoria.
Cada día, más agresivos y trasgresores
Para sobrevivir, para que hablen de nosotros.
Pero un día, estaremos entumecidos y
paralizados por la monótona constancia
y la transgresión insustancial
que  glorifican desesperadamente
los periódicos, y los críticos
del mundo.


Pegados en la pared de la historia,
Son como los partidos políticos del arte.
Somos nadaistas, infrarrealistas,  surrealistas o charlatanes.
No te atrevas a usar nuestros mandamientos
Nuestras consignas y nuestras desdichas.
Este es nuestro mapa
“admírenlo, inclínense”
Si lo escupen, nos iremos a los puños.
Y nos odiaremos para siempre
Es una promesa.
Pues con él  nos catalogarán las librerías
por orden alfabético, y estaremos juntos
en los estantes y las enciclopedias
Aún después de muertos.

Luego marchamos
lápiz, pincel en mano.
Enfrentándonos al desierto.
Solos y desarmados
Sangrando mientras surgen
palabras e imágenes
amarradas al manifiesto
Como un trozo de madera divino
que salvaguarda la vida
de un montón de náufragos
perdidos en un océano
profundo. Hostil. Inmisericorde.

Sólo creo en la soledad
En la soledad de los hombres
Frente al lienzo y el papel.
Descubriendo caminos
Destruyendo caminos
Evitando caminos.
Soy todos los hombres que
Han estado solos
frente a ellos mismos.
Aterrados frente a la nada
que aún está por construirse, y
Que amenaza con destruirlos.
Allí no importan los cafés
 Ni los colegas, ni las revistas.
Ni los contratos, ni los amigos.
La soledad a todos nos iguala.
Victoriosos, usurpadores o
cobardes, ante ella todos
 hemos sido iguales.

Creo en una sola cosa:
cada hombre y cada tiempo
(como coordenadas en un plano)
poseen su propio manifiesto.

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