La desaparición de los blogs




Los blogs son hoy en día un vestigio romántico de los inicios de la web 2.0

En el 2012, los mejores blogs que podían encontrarse habían sido abandonados entre el 2006 y el 2009. Esos fueron los años dorados de blogger.  Ya entonces me quejaba de eso (creo que hay una entrada al respecto por aquí, cuyos argumentos mas vale no repetir) pero la situación con el tiempo se ha vuelto un poco dramática. De los 76 blogs que seguía entonces, sólo unos 5 persisten en sus actualizaciones (fogonazos, nueva era 66, escribir como un loco y la tertulia la embarrada, ocasionalmente; casi todos amigos míos)  Hubo un momento corto en el que blogger y wordpress pudieron alimentarse de las nacientes redes sociales, pues estas funcionaban como intermediarios. Hoy en día las redes sociales son un ente en si, y poco flujo de información sale de ellas. 

Sin embargo mi blog es una contradicción; en aquellos años no juntaba dos mil visitas en un año. Hoy tengo ese número de visitas en un día. Nunca antes mi blog había sido tan leído. 

Pero como mencionaba, poco sale de las redes sociales. Mi principal fuente de visitas son las búsquedas de google.

Hoy en día escribo por la misma inercia que escribía en aquellos años dorados del blog. Con menos constancia, si, pero procuro escribir mejor, y buscar temas más pertinentes. 

La muerte de los blogs ( sentencia dramática e injusta ) para mi no es una queja por falta de lectores, si no por la ausencia de interlocutores comunes. Siento nostalgia por la lectura de grandes blogs, de pequeñas comunidades en torno a un punto común.  Gente que se queje y que comente,  que interactúe, que diga algo pertinente, que inicie un hilo importante, pero soy muy consciente de que esa premisa resulta injusta en un tiempo en donde estamos llenos de celebridades web que son llamados bloggers y que tienen millones de seguidores. 
Hace algunos meses tenía una entrada pendiente con el tema elmundo.es vs elRubius. La subiré más adelante. 

(Puede decirse que el videoblog de youtube es una evolución muy interesante del blog, para el que sin embargo no soy apto.  La cámara me aterra. Siento interés en cambio por el postcast para difundir audio ( creo que lo intenté por allá en el 2011, pero mis amigos se burlaban de mi voz impostada)

Además, alguien que se ufana de escritor no tiene nada que hacer en youtube…

Quiero hacer un par de aclaraciones. 

Gran parte de la idea nostálgica de la comunidad web que trabaja en común acuerdo, armónicamente proviene de comunidades técnicas o científicas, de temas de tecnología e ingeniería donde las opiniones son poco relevantes, donde los egos de sus usuarios suelen ser relegados a un segundo plano. 

Las comunidades que giran en torno a política, las humanidades o el arte son agotadoras, conflictivas, violentas y ciertamente insoportables. La mediación de egos hace imposible la comunicación.  El ejemplo clásico son los comentaristas de las noticias que frecuentan el espectador.com y semana.com.

Mi único punto de referencia sobre foros de humanidades que funcionan proviene de un viejo lugar que frecuentaba en mi adolescencia llamado “artereal” dedicado al estudio de la masonería donde había una altura intelectual estupenda. Todos los tópicos se trataban con muchísima altura, los haters no existían y la ironía era mordaz pero respetuosa. 

¿El concepto comunidad se ha transformado en realidad?

En realidad se ha universalizado. Facebook y twitter son dos comunidades web. La primera naufraga en la irrelevancia, la segunda también, pero sólo en 140 caracteres. En realidad la comunidad web no ha desaparecido, se ha universalizado de tal manera que se volvió invisible.

Y todo lo que podía ser importante se invisibilizó también en medio de la multitud.
Si las comparas twitter parece más intelectual, pero esa separación es circunstancial y etérea. 

Las páginas de facebook son comunidades web que siguen considerándose como tal. 

 Estas comunidades expresan  mejor que nada la memificación de internet. Todos los tópicos de discusión son memes,  TODO se reduce a eso. 

El blog requería (requiere) un ejercicio intelectual más complejo, y en ello radica su impopularidad comparada.

En el 2009 uno de mis blogs favoritos era cinismo ilustrado, propiedad de Sallesino. Sallesino abandonó blogger hace algunos años, y se trasteó a tumblr. 

Cualquier persona con tacto audiovisual habría hecho lo mismo entonces, pero cinismoilustrado.com es hoy un lugar abandonado. Sallesino dejó el formato blog y se convirtió en un admin de página de facebook. Además fundó pictoline, que genera contenido a uso y medida de twitter.

En muchos aspectos tumblr es la máxima del blog tradicional, y por ende la cúspide del declive. Tiene las mejores herramientas para escribir, compartir y seguir, en términos generales es el único lugar que conozco que pueda catalogarse como una comunidad de bloggers,  además carece por completo de la censura de facebook y twitter,  pero su mayor problema es  que muy poco fluye desde google a tumblr.

Mi blog sobrevive gracias a esa interacción. Blogger pertenece a google, y en búsquedas generales lo privilegia.  Tumblr es una isla aislada, e incluso puede que esté más deshabitada que  google+


Por salud mental uno debería evitar a los comentaristas de noticias en internet, y sobre todo, los administradores de estos portales deberían impedir el uso de sus plataformas para algo semejante. 

 El blog de mi amigo Santiago está a punto de llegar al millón de visitas, y fogonazos debe conservar un flujo que pasa de los dos millones mensuales. 

En términos generales los blogs no han muerto, pero la selección natural ha sido despiadada. 


posdata:
 1) Este blog cumplirá en enero seis años. Hoy suma 46 mil visitas. Durante la mitad de su vida no superó las 30 mil.

2) El blog en habla inglesa  y alemana conserva su salud original, y hasta donde he entendido se diferencia bastante del videoblog. Es muy fácil encontrar blogs en inglés que superan el millón de visitas mensuales. 

3) Este blog sobrevive porque creo firmemente que hay que resistirse a la memificación de la vida.

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